1. Durante largo tiempo anduve considerando en mi interior muchos y diferentes asuntos, y tratando con empeño durante días de conocerme a mí mismo, qué debo hacer y qué he de evitar; de improviso me dijo una voz, no sé si mía o de otro, de fuera o de dentro (pues eso mismo es lo que principalmente quiero esclarecer); me dijo, pues, aquella voz :
Razón.– Veamos, pon que has hallado ya alguna verdad. ¿A quién la encomendarás para seguir adelante?
Agustín. –A la memoria.
R.– Pero ¿es lo bastante firme para retener bien tus pensamientos?
A.– Difícil me parece, o más bien, imposible.
R.– Luego es necesario escribir. Mas ¿qué te ocurre, que por tu salud te resistes al trabajo de escribir? Mira: estas cosas no se pueden dictar, pues requieren completa soledad.
A.– Verdad dices. Y por eso no sé qué hacer
R.– Pide fuerza y ayuda para lograrlo, y pon esa misma petición por escrito, para que escribiendo aumenten tus bríos. Después resume lo que vayas descubriendo en conclusiones breves. No te inquietes por lo que pida una masa de lectores; esto bastará para tus escasos conciudadanos. (San Agustín)

09 enero 2011

LASTRE




 En   alguna   otra   ocasión   ya reflejé :
Puedo olvidar lo que me dijeron...
Puedo olvidar lo que me hicieron....
Pero nunca olvidaré como me hicieron sentir

Aunque perfectamente puede ser ... Puedo olvidar lo que dije, puedo olvidar lo que hice, pero no debo olvidar como hice (me hizo) sentir.






"Zambullirse...
Y lograr adormecer por unos momentos los sentidos.
Emerger...
Segundos después
con el alma desnuda entre las manos,
como ofrenda sagrada
en la orilla de tu playa.
Con el alma desnuda entre las manos."...

Y así de esta manera poder perdonar-me/te/nos...
Porque para pretender seguir sin lastres, sin el peso de la culpa, debemos perdonarnos a nosotros mismos con el firme.... podría ser propósito, interés o ánimo... pero debe ser Sentimiento (hay que sentirlo);  con o sin memoria; con o sin palabras; con o sin actos de disculpas.
Para así dejar de fustigarnos, recriminarnos (consciente o incoscientemente) y seguir con el daño marcado a fuego para no negar los errores cometidos.
No existas con el constante pensamiento de culpa. Asúmelo y pon el remedio en tu recóndita esencia.

PERDÓNATE, líbrate y redimete  de los errores del pasado. Reconoce y  aprende de ellos;  pero suelta el peso de la culpa, porque eso significará finalidad  de enmienda que engendrará las energías para proseguir.





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