1. Durante largo tiempo anduve considerando en mi interior muchos y diferentes asuntos, y tratando con empeño durante días de conocerme a mí mismo, qué debo hacer y qué he de evitar; de improviso me dijo una voz, no sé si mía o de otro, de fuera o de dentro (pues eso mismo es lo que principalmente quiero esclarecer); me dijo, pues, aquella voz :
Razón.– Veamos, pon que has hallado ya alguna verdad. ¿A quién la encomendarás para seguir adelante?
Agustín. –A la memoria.
R.– Pero ¿es lo bastante firme para retener bien tus pensamientos?
A.– Difícil me parece, o más bien, imposible.
R.– Luego es necesario escribir. Mas ¿qué te ocurre, que por tu salud te resistes al trabajo de escribir? Mira: estas cosas no se pueden dictar, pues requieren completa soledad.
A.– Verdad dices. Y por eso no sé qué hacer
R.– Pide fuerza y ayuda para lograrlo, y pon esa misma petición por escrito, para que escribiendo aumenten tus bríos. Después resume lo que vayas descubriendo en conclusiones breves. No te inquietes por lo que pida una masa de lectores; esto bastará para tus escasos conciudadanos. (San Agustín)

21 enero 2010

EL MIEDO DE LOS VALIENTES




Cuando no se tiene nada que perder, no hay nada que temer, pero...
Cuando hemos conseguido algo y hay que seguir tomando decisiones, entonces...





El miedo a lo desconocido; el miedo a la pérdida de un estatus laboral conseguido durando mucho tiempo; el miedo a perder lo poco que se tiene; miedo a perder la comodidad; miedo a perder el poder; miedo al fracaso; miedo al ridículo; miedo a tomar la iniciativa; miedo a no encontrar el camino; miedo a perdernos en él; miedo a no poder volver…
Miedos todos estos que paralizan el proceso, que paralizan el cambio, que nos paralizan como personas y que hace que sigamos haciendo lo mismo, incluso sabiendo que si seguimos haciéndolo tendremos más de lo mismo… la inmovilidad y con ella el fracaso, la no mejora, la extinción de seguir caminando y por lo tanto experimentando lo que a cada cual le apetezca y por consecuencia viviendo.

"Valiente es aquel que tiene miedo pero que enfrenta y supera sus miedos. Aquel que no le teme a nada es un irresponsable".

Sentir miedo es emocionalemente lógico, pero pocas cosas son más excitantes que el experimento de estar convencido de querer hacer algo sintiendo miedo. Incluso puede que el sentimiento de ese temor ayude a ser conscientes de la magnitud del cambio con la consecuencia del  mayor esfuerzo por conseguir el éxito.

 Sin querer entrar en demagogia...He aquí un claro ejemplo de la valentía : Hacer frente a inimaginables e "insuperables" adversidades con valor, ahinco e incluso sacrificio, pese a que tal vez pueda llegar la "derrota", aunque el simple hecho de intentarlo ya es en sí un triunfo.

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