Tengo una lavadora y un frigorífico.
Tengo música y libros.
Tengo ... de ese "palo" montones de cosas.
Objetos de los cuales no me supone nada romper ó perder.
Nada de eso es importante, porque no soy un ente "guggenheim", impactante por fuera pero insulso por dentro. O al menos es lo que para mi ambición no interesa, porque me regocijo con mis sensaciones esotéricas.
Los bienes terrenales poco interesan salvo los primarios.
Aprecio a la multitud en general pero estimo poco a las personas en particular.
Ahora bien:
Dentro de toda esta "mi fortuna" pocas cosas llevo dentro de mi "isla desierta".
Escasas... muy pocos bienes son los que aprecio, estimo, considero, reputo, valoro y/o amo.
Y es en este momento cuando me quedo más parca en palabras (más todavía) (como me singulariza),... este preciso instante en el que tengo que escribir sobre ti y para ti.
Mi fortuna más preciada, mi mayor codicia, mi gran debilidad.
No te me rompas nunca, no te me desgastes de ningún modo, no te me pierdas en absoluto... porque tu eres el mayor bien jamás encontrado.
Porque me espanta la reflexión de que seas "Mi Gary Cooper que está en los cielos"